"Era tan fácil". Paris Joel

miércoles, 29 de noviembre de 2017

A mi amigo Nano García

De izda a derecha: Nano García y Gonzalo Soto en Radio Oleiros
Hoy tuve un día de trabajo realmente difícil porque hoy se me murió un amigo: Nano García.

Conocí a Nano hace más de 20 años cuando colaboraba con Radio Oleiros haciendo deportes, después hizo un programa de Fiestas que le llamaba “Tambores de Pedra” y, salvo un inciso de unos años, volvió a hacer deportes con nosotros porque según él ya no había obras y se aburría. Estaba jubilado, una jubilación con la que soñaba desde hace muchos años pero que cuando llegó no hacía más que decepcionarle, por eso seguía con nosotros.
A mi me volvía loco, lo confieso, era un delicioso desastre en lo técnico, pero, a la postre, muy divertido, sus meteduras de pata eran épicas y su positivismo arrollador. Tenía una vida personal complicada, pero él siempre salía adelante, y lo hacía con una sonrisa. Siempre estábamos riéndonos de sus ocurrencias, era de esas personas que se echan de menos y voy a notar mucho su ausencia. ¿Con quién voy a bromear ahora Nano? Eso no se hace. Entrevistas con Jesús Gil, Jose María García, la selección nacional de Fútbol de Ángola, que se yo…


Recuerdo una vez que hacíamos un programa estival y siempre empezabas con música de Ana Kiro, nos tenías frito con la buena de Ana, tanto, que un día la llamamos para darte una sorpresa, y ella, que era un ángel, se prestó para hablar contigo en directo.


Cuántas emociones Nano! Y cuántos recuerdos! Ahora sé que allá arriba, porque para ti no puede haber otro sitio, estarás cantando con Ana, jugando al fútbol y enredando en las llaves de San Pedro para que todos tengan la puerta abierta.

Joder Nano, qué día tan triste, compañero!



domingo, 26 de noviembre de 2017

El día que mataron a mi hermana































Su hija ha muerto. -

Cuando el mármol de lápida entra en tu casa,
entra con todo su incómodo silencio,
lo invade todo.
Es en ese momento cuando sabes que algo pasa,
el frío y la soledad envuelven los objetos queridos
y por más que preguntas, la respuesta tarda.


Ese día oí llorar a mi padre desde el salón,
su voluntad de diamante se quebró en esquirlas de salitre,
tantas, que al pisarlas hacían los ruidos del fuego al crepitar.
No quiso salir del baño hasta que su corazón se hizo esponja
y no pudo estrujarlo más.


No hay peor condena para un padre que ir a la morgue
a certificar el fracaso y asentir ante la derrota.
Mi padre fue y volvió, dejándose las entrañas por el camino,
mil preguntas y una espalda asaeteada,
herida con cien reproches
que solo sangraban en su cerrada soledad,
en lo íntimo.


Aún recuerdo cuando bajó a comer,
estaba como avergonzado y dolido,
herido de muerte.
No probó bocado,
se fue a cumplir con el procedimiento,
para ellos, un trámite,
para él, un averno.


En su ausencia supe que mi hermana había muerto,
fue mucha la violencia
de los de fuera y de los de dentro.
Aquel día me atropellaron los sentimientos,
me pasaron por encima
sin saber como digerir
tanta brutalidad en los afectos.
Lo recuerdo por la prensa
fue un treinta y uno de enero.



                   Poema extraído del libro: "El día que mataron 
                   a mi hermana" de Paris Joel.



domingo, 19 de noviembre de 2017

Una de luces





















Una de luces. -

El viejo camión con grúa y maravilla,
el que coloca estrellas de Navidad
incluso sábado y domingo.
Heraldo de tiempos felices para los niños,
ternura, y sabor amargo por los que se fueron.


Puntual acudes a la cita,
liturgia de luceros apagados
y colas de caballos enfurecidos.


Te veo a lo lejos y las canas se me vienen al pelo,
recuerdos de mazapán y almendra,
un padre que se fue
y unos niños que sueñan.


Año tras año vienes sobre ruedas,
tomando nota de calles y avenidas,
apurado, diurno y nocturno.
Para ti solo es trabajo
y para mi una clepsidra, un Poljot,
que me señala en el cosmos
de este planeta olvidado.



Paris Joel

jueves, 16 de noviembre de 2017

El Principio

domingo, 12 de noviembre de 2017

Último domingo de Octubre





















Último domingo de Octubre. -

La tarde del domingo herida de muerte
sigue el éxodo de los niños
que regresan de jugar a la pelota.

Calles por donde transitan ecos de radios y televisores,
crónicas del fútbol que saben a café amargo
y retorno a las cadenas.

La Luna tiene cara de lunes
mientras el pueblo se vacía de esclavos
que obedecen dóciles el toque de queda.

A lo lejos, un cielo de arcilla
se estanca entre nubes de ópalo y lavanda,
la linterna del ocaso muere
de varicela de estrellas azules y blancas.

Todo lo veo y absorbo
con los pulmones en la boca
desde la cima del cementerio.
Árboles de antenas y campos de teja
en la hora azul que me embarga
de soledades y tristezas
en este club de huérfanos,
mascotas y comadrejas.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Desespero





















Desespero. -

Como esperando el mes de abril 
boca abierta hacia el cielo,
rezo por cada futura gota de lluvia
amnésica de la gravedad, del peso.

Imploro y solo llega el eco,
una burla vacía, sonido de hojalata
y murmullo de bares lejanos, callejeros.

Colecciono tus abrazos en mi costado y en mi pecho,
numerados con escalofríos, con recuerdos,
pero hace tanto, tanto tiempo
que unas cadenas de días plomizos me dejaron gris, seco.

Si estás, mójame, si amas, lluéveme
pero no me des relojes en cubitos de hielo
ni amarillas acacias por arder,
que mis pies están fríos en el cieno de tus ojos
y no encuentran el camino del deseo.



Paris Joel