"Era tan fácil". Paris Joel

domingo, 30 de septiembre de 2018

Sonido de Campanario





















Sonido de campanario. -

Yunque que marca el ocaso,
compás de hoja otoñal,
ímpetu de soga y polea,
eco de piedra y final.


A nadie salva la campana,
advertencia de la soledad,
gemir de pueblo que resiste,
idioma de bronce y metal.


Escucha su cante jondo,
escúchalo, no más.



Paris Joel

domingo, 23 de septiembre de 2018

Domingo, ocho de la tarde





















Domingo, ocho de la tarde. -

La playa grita: -no me dejes.-
Pero no hablo su idioma.
Me voy por donde la ciudad
dicta sus reglas de claxon y neón. 


A lo lejos, el último bus deja huérfanos a los amantes
y los besos emprenden el vuelo a otra parte.


Hay torres de grillos llenas de luz
y un olor a comida acelera el paso,
voy empapado de silencio,
resignado,
y mis pasos llueven en la calle
en un domingo homicida,
condenado.


Todo es recurrente,
todo es el ocaso.  



Paris Joel

domingo, 16 de septiembre de 2018

Oración II





















Oración II. -

Llamarada postrera
en el verde menta,
vértigo de contraluz,
detiene este septiembre
y su toque de queda
como un regalo tardío,
pequeño e inconcluso,
ante el muérdago y arrobo
del último milagro
simple y sencillo
como duna de paja,
médano de trigo,
ramita a ramita,
palito a palito.



Paris Joel

domingo, 9 de septiembre de 2018

Oración





















Oración. -

Brisa perfumada por el bosque y las flores,
desliza tus bendiciones por el camino
y abrázame como una canción.


Llévame a mi palacio de invierno
donde puedo ver con las manos
y amasar el barro de mis amores.


Sé tú el elixir del otoño
en este verano borracho
de bocinas, prisas y espejitos de coltán.


Dame de beber la humedad del deseo,
la niebla de la espera
o la futura lluvia que vendrá.


Recuerda que sólo soy un caminante
pasaré unas cuantas veces,
unas cuantas, no más.



Paris Joel

domingo, 2 de septiembre de 2018

Mis últimos días





















Mis últimos días. -

Oblea de acero fundido
bendice las montañas, la lejanía,
que aún quedan días de amparo y sosiego.
Cobíjame con los últimos grillos,
coro de atardeceres tardíos,
mientras, un bodegón de naranjas y miel,
preside la antesala del suspiro.


Así quiero que sean mis últimos días,
fruta madura en el agosto vencido,
una ciudad que se hunde en el silencio,
un mar que recupera su intimidad,
un lecho con un solo calor:
el tuyo
y el mío. 



Paris Joel