Calentura. -
Eran días de limón y miel,
de mil dagas en la garganta,
de erupciones acaloradas,
redundante temperatura.
La noche era como un cine,
sueño de daikiri agitado,
despertar de zumo de lima
siempre de angostura amargo.
Eran mis últimos minutos
antes de parir una estrofa,
el dolor de manos y teclas,
una canción sin decir: amor.
Una canción absurda.
Eran días, noches, minutos,
canciones porque sí,
por calentura.
Paris Joel
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