Al Trote

Como un caballo desbocado, así estuve el pasado sábado, y no era para menos, tres citas en un sólo día.
Primero, los amigos, parada en Gonzalos house para darle el disco de Inframundo vol2 como había prometido a Gonza y, al mismo tiempo, charla con su padre que es una pérsona llena de anécdotas y sabiduria(deberíamos escuchar más a las personas mayores).
Después, directo al teatro de los Salesianos para dejarles mi guitarra acústica para el concierto pro Honduras. Un concierto que salvó César de Centi, Luis Quintana y Gustavo Almeida. Ahí teneis la foto con Luis y Juanan Herrera(David, no te lo vas a creer pero Luis Quintana dijo que mis gorras habían creado escuela,ja,ja,ja,ja,ja, esa gorra es de él). Lo de Luis es de matrícula de honor, no sólo se prestó a cantar desinteresadamente si no que ayudó en todo lo que pudo como uno más. A mi me gustan los artistas como Luis que además de ser PROFESIONALES con mayúsculas, son PERSONAS con mayúsculas(muchos/as fugurillas deberían tomar buena nota). En el concierto me sorprendieron la frescura de Juanan Herrera, la excelente calidad interpretativa de Kino Maján, la soltura y desparpajo de Mikel Izal y, sobre todo, una magnífica canción de Gustavo Almeida que dedicó a su hijo recien nacido(ese hombre de verdad que irradia luz propia). César de Centi, estuvo grande y hasta tuvo una experiencia mística,ja,ja,ja,ja y este servidor se cantó con él el "Combatiendo" haciendo lo que pudo con su frágil memoria y peor visión.
Al acabar, cena con la organización y seguidamente al trote para ir a ver a Luis Quintana en el Jazz Vides. Allí me encontré con Pablo Rubén y Xurxo Mares. Aún pude ver una hora de concierto de Luis Quintana la cual disfruté como un enano. Destacar de ese concierto una grandísima canción que tituló "So what you see again" (o algo así) y que narra la historia de un viaje que hizo con Luis Garriga a San Antonio, Texas, en busca de una guitarra. Magnífica la canción y la interpretación. También fue de destacar la canción que se cantó Gustavo Almeida que de verdad que está dando un giro a sus composiciones pero a mejor, cada vez a mejor.
Luis me invitó a cantar, pero rehusé por que, de verdad, estaba agotado, no podía más.
Al final de la velada, despedidas y más contento que cansado, me fui a la parada del bus con una pequeña sonrisa en los labios:

-Que me quiten lo bailao.-