Electro

Anxo, en primer plano tocando la guitarra jamonera.

Hoy que debería ser un día de fiesta se me trastocó en tristeza matinal.
Hoy se me fue un amigo de una de las maneras más terribles que puede haber.
Si sois de Sada, mi pueblo, seguro que lo conocíais, se llamaba Anxo, aunque muchos lo conocían por los motes de "Pexego" o "Electro". Era un tipo extrovertido, simpático, socarrón, amigo de la fiesta y amante extremo de la murga, la comparsa y el carnaval.
Hoy a la hora del café, en donde coincidíamos infinidad de veces, me contaron que se quitó la vida, a veces te dicen las cosas como un disparo entre ceja y ceja.
Cuando conocí a Anxo se ganaba la vida repartiendo salsas O Preve, las más deliciosas para el churrasco, pero él siempre fue electricista, de los de oficio, y volvió a ejercer obteniendo un gran éxito en pleno auge de la burbuja inmobiliaria, después vino esta puta crisis fría y asesina, y se que le fue mal, muy mal, a él no lo rescataron, no era banquero. No se que se le pasó por la cabeza para tomar tan terrible decisión, pero sí se que hoy el alumbrado de Navidad va a tener un brillo especial, tanto en Sada como en el cielo porque allí, sin duda, estará él arreglando enchufes y cables, y en el descanso del trabajo se encontrará con su amigo Lito, el del Moby, y hoy seguro que le confesará que efectivamente fue él el que cada noche cambiaba las banderas españolas por banderas gallegas en el Festival de Cine de Sada.
Siempre te recordaré amigo.