Hay que vivir

Tengo un compañero de trabajo que sufrió un infarto, cuando lo fui a visitar, nada más verme, me dijo que ya sabía lo que era morir. Me dejó perplejo mientras me explicaba que se quedó clinicamente muerto en la sala de reanimación. Enseguida le pregunté que había sentido, como fue lo experimentado, si había luz al final del túnel, etc, etc, etc, y me dijo que sí, que todo eso era verdad y que en ese proceso experimentó una inmensa paz una deliciosa sensación de tranquilidad que se vio bruscamente interrumpida cuando lo reanimaron y volvió a la vida, es más, cuando volvió, me dijo que fue algo muy desagradable.

A partir de ahí mi compañero cambió, se tomó la vida de otra forma hasta que con el paso de los años todo volvió a la normalidad.

Y es que según me contó él lo difícil no es morir si no vivir.

Otra historia.

El pasado Viernes, día de mi cumpleaños, una amiga vino en persona a donde trabajo para felicitarme cuando de repente recibe el mensaje de su madre despidiendose de todos sus hijos. A las pocas horas la madre de mi amiga moría.

Por todo esto y por más, se que vivir es difícil y que requiere de una gran sabiduría, que la muerte es una parte más de la vida, la vida es muy profunda y valiosa, por eso hay que vivir, intensamente y se puedes llenar de amor tu vida, mejor.