Muros, A Coruña. |
El concierto surgió a petición de la Asociación Cultural Praia do Castelo de Muros, nos vieron por internet y nos hicieron una propuesta realista, humilde pero sumamente interesante para tipos como nosotros que buscamos la inmensa riqueza que te pueden proporcionar experiencias de este tipo. No nos equivocamos. Pero vamos por partes.
El Sábado amanecí con el cuerpo trastocado después de un Viernes de fiesta inusual(muy poco profesional y muy poco recomendable), después de una dieta apropiada y una corta siesta ya estaba listo para el viaje y a eso de las 6 de la tarde emprendimos viaje.
Fuimos por la autopista de Santiago y salimos por Milladoiro dirección a Noia. Excelentes carreteras muy bien indicadas lo cual me deja muy claro que, en comparación, el área metropolitana de A Coruña está dejada de la mano de Dios pues aún tenemos una única carretera de conexión con la capital que data de la época del Generalísimo(inaudito y vergonzoso). Ya me gustaría tener en mi pueblo esas carreteras e indicaciones: a Sada Norte 3'5 Km, ¡Guau! ¡Sería la repera!
Pasamos por el puente que atraviesa la desembocadura del Río Tambre y, en dirección a Esteiro, vimos un paisaje natural lleno de exuberante belleza natural, playas, ensenadas, montes y cumbres boscosas. Fuimos siguiendo la costa hasta que por fin llegamos a Muros.¡Qué belleza! ¡Qué Ría! ¡Qué pueblo! Parecía que el tiempo se detuvo o, lo que es mejor, que al atravesar una secreta dimensión nos transportamos 30 años atrás. Se trata de un pueblo marinero que tiene una carretera junto al mar que lo bordea pero lo que es el pueblo en si es un conjunto arquitectónico medieval que es íntegramente peatonal. Allí los niños aún pueden jugar al balón en la plaza a su aire sin ningún tipo de problema, algo que nosotros hacíamos en nuestra niñez y que ahora hemos perdido, pues bien, allí todavía es posible. Las callejas están marcadas por arcos apuntados del gótico o románico tardío, suelen ser empinadas o extremadamente estrechas. En el interior del pueblo hay plazoletas regidas por bellos cruceiros que conservan intacto su encanto primigenio. Hay soportales a ambos lados de las calles, locales de hostelería con solera y terrazas, muchas terrazas. Uno se puede perder por la zona antigua de Muros, hay casas centenarias y un Mercado Municipal que conserva todo su sabor decimonónico. Si sigues por sus calles hacia arriba, de repente, el pueblo se acaba, así literalmente, acaba y empieza el bosque más verde que os hayáis podido imaginar.
Llegamos a Muros sobre las 8 de la tarde y esperamos a Pedro Lestón, nuestro anfitrión, en una parrillada que antiguamente era el Teatro Mercedes, más belleza y encanto. Pedro llegó con un compañero y callejuelas arriba nos enseñaron su local social, un local pequeñito con equipo de sonido, ambigú y unos focos para crear ambiente. Probamos sonido y dejamos todo listo para el concierto. Teníamos casi dos horas de espera y decidimos, mientras la gente se dejaba las cejas con el Madrid BarÇa, perdernos por un pueblo lleno de maravillas y sabor añejo. Calle del Sufrimiento, Calle de Don Diego, Calle del Cid, cuestas arriba, abajo, plazas y cruceiros, todo era hermoso en una tarde despejada. Ah! Y nos pararon por la calle:-¿Vosotros sois los artistas que tocáis hoy? Si señora. Pues nos vemos.-
Cenamos en un local cerca del Ayuntamiento y después nos dirigimos al local de la Asociación para cumplir con nuestro compromiso. No había mucha gente, sobre 20 personas, pero todas ellas muy receptivas, el respeto fue total y nuestro público estuvo muy atento a nuestra música, nadie habló mientras tocamos algo que a veces se echa de menos.
No debería decir estas cosas, pero creo que fue el concierto de mi vida, me salió todo lo que llevaba dentro, mis mejores canciones y las canciones que más me gustan. Fue un concierto único, distinto a lo que hacemos normalmente, lírico y acústico. El público nos acompañó en todo momento, cantó, coreó y aplaudió, mucho, muchísimo diría yo, fueron ovaciones sentidas que duraban en el tiempo, algo mágico de verdad. Acabamos después de la petición del bis de rigor y nos felicitaron por la velada, la noche estaba clara y las estrellas, casi azules, fueron testigos de una noche única, diferente.
Charlamos un rato con la gente de la Asociación y después hicimos el viaje de vuelta por Santa Comba, cansados pero felices pues una experiencia así, de verdad que vale la pena.
Muchísimas gracias a Pedro Lestón y a todos los amigos y amigas de la Asociación Cultural Recreativa y Deportiva Praia do Castelo de Muros. Hacéis cosas muy interesantes y sois muy necesarios.
Gracias de corazón!
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