Hacía 36 o 37 años que no recordaba un San Juan como este. Calor, familia y noche estrellada.
Tendría 6 o 7 años y a estas alturas estaba cansado de playa y de bañarme. Por la tarde, con la brisa del atardecer, nos juntábamos los amigos del barrio para juntar leña y ropa vieja para hacer un monigote. Hacer la hoguera nos llevaba casi un mes y cuando la encendían nos sentíamos orgullosos porque era la más grande. En la complicidad de la noche contábamos estrellas sin pensar en el mañana y al saltar la gran tea reíamos con la ingenuidad de la infancia.
Ayer fui niño de nuevo y eso es algo que nunca se debe olvidar.
3 comentarios:
Y pedirías deseo al saltar la hoguera no???
Un abrazote.
: Ay el niño que llevamos dentro, Paris. Que nunca se muera.
Un abrazo.
"...contábamos estrellas sin pensar en el mañana... "
Precioso compañero!!
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