Magistral

Sencillamente así fue el concierto de Xurxo Mares el pasado viernes en Betanzos. El marco, histórico, se trataba de la sala del archivo del antiguo Reino de Galicia, porque no hay que olvidar que Betanzos fue capital de Galicia y aún conserva mucha historia intramuros. El público, receptivo. Se presentaba la edición de otoño de la revista cultural A Xanela a cargo de la Asociación Cultural Eiravella, auténticos héroes que en solitario luchan porque los grandes nombres e hitos de nuestra cultura no mueran en el olvido y hay que decir que hacen un gran trabajo, impagable.
Xurxo estuvo grande, inconmensurable, y eso que lo vi un poquito nervioso al principio cosa muy rara en él. Comenzó explicando un poco su trayectoria vital y dio un más que acertado repaso a todo su historial como cantautor. Hubo tiempo para todo, la canción en gallego, temas de su disco "Abierto" y, como no, canciones nuevas que dejaron a propios y extraños con la boca abierta. Destacar dos genialidades como son "Chiquillada" y "Amigo" un tema dedicado a nuestro común amigo Gonzalo que dejó a los presentes con la carne de gallina.
El personal aplaudió a rabiar y muchos se quedaron perplejos de la calidad tanto técnica como vocal de Xurxo. Servidor desde luego firmaba ahora mismo estar así de bien con 58 años, ya lo creo.
Fue una gran noche de la cual saqué una lección un tanto amarga porque un artistazo como Xurxo Mares u otros como Batallán, Benedicto, Bibiano, etc, etc, etc, no pueden ser patrimonio de unos pocos, no pueden ser unos desconocidos para sus vecinos, no merecen tal ocultación. Una tierra que aspira a ser país o nación no puede relegar al olvido a sus grandes artistas ni permitir que su semilla más joven y preparada tenga que emigrar para poder vivir dignamente. Desgraciadamente eso está pasando en Galicia y es un lujo que no nos podemos permitir. Si no le ponemos freno nos convertiremos en una cultura muerta y si no al tiempo.