domingo, 19 de febrero de 2017
Esa Ciudad
Esa Ciudad...
Hoy volví a soñar con la ciudad de piedra y luz,
en cuya plaza se esconde el Sol
iluminando en ámbar nuestras caras.
Después las calles estrechas,
tabernas hacia arriba con balcones abiertos
y olor a comida improvisada.
Faroles viejos de aceite,
sombras alargadas,
músicos en las aceras
y un viejo pintor que recoge lienzos.
Era todo tan familiar, tan nuestro
que pasear era la alegría primera,
la de tus labios,
la de tus besos,
en el tiempo de las flores
que invaden de pétalos los libros
que me prestaste y que nunca te devolví, por cierto.
Todo estaba por hacer y todo era nuevo,
entre tu y yo, vino, cerveza
y poco alimento.
Allí te dejé en la urbe soñada,
de vez en cuando vuelvo
y el atardecer calienta mi almohada.
Paris Joel
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