Canción de despedida. -
Seré un anónimo veneziano
y te invitaré a café.
Dejaremos los relojes en el ropero
y por una vez sabré escucharte,
te escucharé.
Haré inventario de tu partida,
de todo aquello que te llevaste
para quedarse por siempre adentro
y con un par de pases,
cual mago de Magia Borrás,
recogeré la risa del cenicero,
sí, ese que ya no se usa,
porque ahora somos todos
muy
sanos y modernos.
Te preguntarás porque ahora
después de tanto tiempo
y, aunque juego con la ventaja
de que nunca escuchaste el adagio de Bach,
el de Alesandro Marcello,
te diré la verdad
sin dramas ni parlamentos.
Y sin tiempo para despedidas
pagaré la cuenta.
Me dirás que te llame otra vez,
otro día de estos,
y no lo haré, porque me hiciste feliz,
siempre, y sobre todo,
en este momento.
Gracias!
Paris Joel
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