Me tacharéis de morboso y me diréis que de estas cosas no se habla, pero cada vez soy más consciente de que, en un suspiro, he llegado a la mitad del camino y que, señores, esto se acaba, sí, tiene un fin.
Este pensamiento no me agobia ni me llena de tristeza, de ninguna manera, simplemente me pone en otro plano de la existencia que me hace reflexionar dándome otra oportunidad para vivir mejor, para hacer esas cosas que nunca hice, para asesinar los miedos para poder vivir de verdad, plenamente. Quiero aprovechar cada minuto que pasa, gastarlo en lo que realmente interesa, hacer cosas distintas cada día, estar rodeado de los míos y saborear con deleite los pequeños tragos de felicidad que aún quedan en el camino para cuando llegue ese fin, que llegará, despedirme con una inmensa sonrisa en el rostro regalando un buen recuerdo a los que me rodeen.
Y es que La Vida no se repite.
Por eso despido este post con una magnífica canción de mi hermano Francisco Espinosa que tuve el honor de interpretar, se llama así: La Vida.
Fran me comentó que la hizo poco antes de su primera gira por Mexico cuando le descubrieron un pequeño bulto(sospechoso)en un chequeo médico. Nuestra humanidad, por desgracia, siempre valora más las cosas cuando ve próxima su fecha de caducidad.
Ahí va la canción, ahí va...La Vida.
0 comentarios:
Publicar un comentario