"Era tan fácil". Paris Joel

domingo, 9 de octubre de 2016

Viernes de Cantautar, El Fin.

De izda a dcha: César de Centi, Carlos Colino, Sandra Piñeiro, Silvia Pallares,
Jorge Bau y Paris Joel en la última asamblea de Viernes de Cantautar.
No pensé que me fuera a pasar pero tengo que reconocerlo: estoy triste. Fueron cuatro años muy intensos con conciertos todos los meses, con muchas ilusiones, con muchas ganas, con muchos amigos de toda España y de fuera que nos vinieron a visitar, muchos carteles, un DVD precioso, un disco que vendrá más bonito aún y un montón de vivencias.
En estos cuatro años tuve la gran suerte de conocer personas maravillosas y conocer de verdad a las que creía que ya conocía. Muchos sueños, anhelos, desilusiones, trabajo, mucho trabajo...uf, que se yo.
Por lo menos tengo la satisfacción personal que ayudé a fundar algo muy bonito que tuvo gran repercusión en nuestro género, después lo dirigí y lo llevé a sus mayores cotas de popularidad y éxito, aún después de dejar la presidencia siempre asistí todos los meses a los conciertos pagando religiosamente mi entrada, apoyando a los amigos y a los artistas que venían, siempre ayudé, siempre sumé y aún estando ya fuera de la Junta Directiva siempre me sentí dentro pues mi intención siempre fue colaborar en todo lo posible, nunca lo entendí de otra manera, al menos en eso estoy orgulloso y se que puedo ir a donde quiera con la cabeza bien alta, después...¿Qué deciros? Cuando en una Asociación de 45 personas sólo se toman el interés de asistir a una asamblea tan vital e importante como la del pasado sábado 3 socios y la Junta Directiva pues está claro que todo es evidente y que no hay nada que decir, solo dejar las fotos, las notas de prensa, el DVD, el disco que vendrá y todos los recuerdos en ese cajón del alma llamado nostalgia. Se que cuando llegue el primer viernes de mes me encontraré raro y aún notaré el Viernes de Cantautar al igual que el manco que aún siente la mano, tendrán que volver las lluvias, el frío, la Primavera y el Verano, tendrá que llorar la guitarra y cantar ese grándola en el corazón, cuando todo eso suceda quizás el incandescente Sol de septiembre me recuerde que mañana será lunes y que, de nuevo, toca sonreír a la vida, la vida, esa gran dama que no descansa.

P.D. A mis queridos compañeros de Junta Carlos Colino, Jorge Bau y mi hermano César de Centi.

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